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Hoy hace tres años que se fue mi madre

No puedo sentirme triste. Ella y mi padre siguen presentes en mis días a través de los principios y valores que supieron transmitirme, y que procuro seguir siendo fiel a ellos. La familia que formaron para ellos fue lo más importante. En unidad siempre hemos afrontado los momentos difíciles juntos. Fomentar la unidad frente a la diversidad y la individualidad nos hace mejores personas. Precisamente porque es difícil. Ambos se fueron viendo a su familia unida. Felices. Tranquilos. En paz. Ahora, por lo que mi respecta, me siento en la obligación de fomentar, de abonar ese cariño y ese amor ya no por mí, sino por los numerosos sobrinos de los que disfruto, y de los nietos que estén por llegar. En muchas ocasiones, aunque ya no estén, les agradezco que mi vida sea maravillosa aún con muchas dificultades. Así es, porque la resiliencia y la manera de afrontar lo bueno y lo malo me la demostraron sólo con su actitud. Hoy no tengo miedo del devenir. Qué importante es eso. Tres años ya, cómo p...

Lavado de cara a mi página web