El amor no es nada cuando es nuevo, limpio, puro. El amor antes de la tormenta no es una elección. Es una ley.

¿Hay que desperdiciarlo todo?
¿Como si el mundo fuera nuevo?
¿Como si fuera la primera mañana?
¿Como si aún fuera el alba?

La verdad, señoras y señores, es que
lo que ya se ha desperdiciado, la decepción que nos sostiene…
es nuestra libertad.

Hay que haberlo perdido todo para querer de verdad.
Entregarse en cuerpo y alma.
Hay que haber superado todos los vértigos
para atreverse a este abismo.

Hay que haber conocido imperios que vacilan,
y las tormentas más grandes,
para en este instante estar aquí contigo.

Hay que haber vivido tanto, desperdiciado tanto,
tantas veces ya, para no desperdiciar nada contigo.

El amor no es nada cuando es nuevo, limpio, puro.
El amor antes de la tormenta no es una elección.
Es una ley.

Cuando surge el acontecimiento, el accidente, la ocasión…
hay que estar allí. En pie.

Encontrar el gesto, la palabra, la mirada.
Sí, amor mío… en ese instante, cuenta conmigo.
No te fallaré.

En ese minuto, estaré ahí.
Y entonces, se lo predigo, seremos los vencedores.

De la película Mon Roi (Mi amor)
A veces los guionistas lo bordan. Chapeau.