ATRAVESAR EL DOLOR
“No importa cómo nos sintamos, tarde o temprano todos los sentimientos pasarán."
Duele como nunca. Sales de la cama después de una noche sin dormir; rezas, y aun así no te sientes mejor. "Pasará, te dice una vocecita. "¿Cuándo?", preguntas mientras rezongas y sigues adelante con tu día.
Sollozas en el coche y enciendes la radio todo el camino para no oír tus pensamientos. Pero vas directamente al trabajo. Y trabajas.
Tienes un nudo en el estómago. Cuando el sufrimiento se vuelve insoportable, te quedas atontado y en silencio. Vas a una reunión; ojalá estuvieras tan contento como parecen estar las demás personas.
Lloras un poco más y llamas a tu amiga íntima. Conduces hasta su casa y ni siquiera notas la belleza del paisaje porque tu horizonte interior es un desierto. Quizás no te sientas mejor después de la visita, pero por lo menos sigues viva.
Miras el calendario y te das cuenta de que has conseguido pasar otro día más.
Entonces, un buen día te despiertas, mira afuera y te das cuenta de que es un día precioso. El sol brilla. El cielo está azul. Respiras hondo, sonríes de nuevo y sabes que sí, que en realidad todo pasa.
“No importa cómo nos sintamos, tarde o temprano todos los sentimientos pasarán."
Duele como nunca. Sales de la cama después de una noche sin dormir; rezas, y aun así no te sientes mejor. "Pasará, te dice una vocecita. "¿Cuándo?", preguntas mientras rezongas y sigues adelante con tu día.
Sollozas en el coche y enciendes la radio todo el camino para no oír tus pensamientos. Pero vas directamente al trabajo. Y trabajas.
Tienes un nudo en el estómago. Cuando el sufrimiento se vuelve insoportable, te quedas atontado y en silencio. Vas a una reunión; ojalá estuvieras tan contento como parecen estar las demás personas.
Lloras un poco más y llamas a tu amiga íntima. Conduces hasta su casa y ni siquiera notas la belleza del paisaje porque tu horizonte interior es un desierto. Quizás no te sientas mejor después de la visita, pero por lo menos sigues viva.
Miras el calendario y te das cuenta de que has conseguido pasar otro día más.
Entonces, un buen día te despiertas, mira afuera y te das cuenta de que es un día precioso. El sol brilla. El cielo está azul. Respiras hondo, sonríes de nuevo y sabes que sí, que en realidad todo pasa.
Todo pasa.
Independientemente de cómo me sienta hoy, seguiré adelante.