Hace unos años tuve la oportunidad de hacer una campaña de publicidad para Renfe. En aquella ocasión, durante el rodaje y la sesión de fotos, pude hablar con el maquinista e informarme sobre el sistema de conducción de los trenes de nueva generación. En concreto un Alaris. Me sorprendió por su sencillez de manejo y por la multitud de sistemas de seguridad, pedal de hombre muerto y mecanismos que de una u otra manera hacen que el tren no se pueda manejar al antojo del maquinista.
Por cierto, la persona que me atendió resultó ser muy educada, serena y responsable. Me transmitió una imagen muy positiva sobre él mismo y lo que, según sus palabras, consideraba "su tren". Aún pareciendo joven, llevaba 25 años en la compañía. Ahí es nada.
Todos los accidentes vienen a suceder por un cúmulo de factores, velocidad indebida, imprudencia, la vía, errores de diseño en el trazado, fallo de sistemas de seguridad. No lo se, ni soy experto.
Esperemos que los técnicos hagan su labor y aclaren las causas de esta tragedia. Y aprendamos de ello para que no vuelva a suceder. Yo pienso seguir viajando en tren.