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Collado refugio de Lanjaron Ventura Cadena 2800 mts jul 2025

El pasado sábado hice una de esas rutas que te reconcilian con la montaña. Salí desde Lanjarón con el objetivo de llegar al Refugio Ventura y al Collado – Refugio Lanjarón, una caminata exigente pero espectacular, ideal para quienes buscan algo más que un simple paseo por el campo. La ruta, que puedes ver en Wikiloc, comienza en la parte alta de Lanjarón. Desde el primer momento el sendero te adentra en la naturaleza más salvaje de Sierra Nevada, subiendo con decisión entre pinares, barrancos y senderos de alta montaña. Uno de los momentos más especiales fue llegar al Refugio Ventura. Aunque es un refugio básico, tiene ese aire solitario. El entorno, las vistas, la sensación de estar "fuera del mundo" durante unas horas… Todo eso hace que merezca la pena el esfuerzo. Poco después continué hacia el Collado y Refugio Lanjarón, donde las vistas se abren hacia el valle, y si tienes suerte y el día está claro, puedes ver hasta el mar. En total fueron unas 8 horas de ruta, con tram...

La sodomía, un acto que «no es tabú... pero sí lo es», afirma Bentley. Pocas mujeres lo practican, y muchas menos lo admitirán.

  

Sexo anal… Pocas mujeres lo practican, y muchas menos lo admitirán. Sin embargo, en las atrevidas memorias íntimas de la neoyorkina Toni Bentley, tituladas La rendición, la autora levanta el velo sobre una práctica sexual prohibida por la Biblia y celebra «el goce que se halla más allá de las convenciones, con sus riesgos y sus pasiones». Nos referimos a la sodomía, un acto que «no es tabú... pero sí lo es», afirma Bentley.

Pero esta mujer de hoy, moderna, que vive como muchas otras mujeres de nuestros días, no teme contar abiertamente su «rendición», tras ser iniciada por un amante en este placer radical e inesperado, para abordar todos los aspectos de ese acto «sagrado» en el que ella se siente renacer. Un acto que implica abandono y confianza, que colma ciertos deseos de sometimiento, unos anhelos que, por paradójico que parezca, acaban haciéndola dueña de sí misma y de su placer. El camino hacia esa liberación cobra, por una parte, visos espirituales, y por otra, gracias a la franqueza con que cuenta sus experiencias, nos acerca vívidamente una realidad raras veces descrita.

La rendición, traducida ya a varias lenguas y muy bien acogida por la crítica, es la exploración de una obsesión que sin duda obligará a los lectores a cuestionarse sus propios deseos.