Bonita película, interesante temática abordada de una forma banal. No siquiera sorprende ni con la estética. Mientras la veía (pasé un buen rato, ojo) imaginaba que sería de esta historia en manos de Almodóvar, Wes Anderson, Miranda July o cualquier otro director con personalidad. Por cierto, qué grande es Jean Reno, llena la pantalla y la película.
El actor protagonista, Simon Pegg, para mi, es un babas. Preferiría Billy Crystal o De Niro.
Se volvería de culto.