Russell Crowe, dedícate a actuar, por favor.

No. No dirijas. Supongo que hubiera sido una preciosa película en manos de Ridley Scott o cualquier otro director preciosista. Nada creíble, sobreactuado y un montaje, a veces, que parece de principiante. Banda sonora prescindible.

Lo único reseñable, Olga Kurylenko. Impresionante, me recuerda a Bellucci, en joven y en guapo. Veremos cómo se desarrolla su carrera.

Que pase la siguiente película, por favor.