Ayer salimos de casa a las 20.00h después de haber dejado casi todo el trabajo listo, incluidas dos banderas de la Virgen del Carmen y olé, Torre del Oro.
En Riofrío, Granada, casa del mejor caviar del mundo, Rita y yo cenamos un bocadillo de pechuga de pollo a la plancha y agua mineral. Mientras, le tiraba piedras y ella jugaba, feliz.
Volvimos al coche y unas horas después, en la vieja carretera de Despeñaperros, (me gusta desviarme esos 5 km desde Santa Elena), nos encontramos un gran ciervo en la mitad de la carretera. Reduje la velocidad para no molestarle. Al tiempo, buscaba un rincón para parar y dormir a la intemperie. Me encanta.
En Riofrío, Granada, casa del mejor caviar del mundo, Rita y yo cenamos un bocadillo de pechuga de pollo a la plancha y agua mineral. Mientras, le tiraba piedras y ella jugaba, feliz.
Volvimos al coche y unas horas después, en la vieja carretera de Despeñaperros, (me gusta desviarme esos 5 km desde Santa Elena), nos encontramos un gran ciervo en la mitad de la carretera. Reduje la velocidad para no molestarle. Al tiempo, buscaba un rincón para parar y dormir a la intemperie. Me encanta.
Un poco más adelante paramos en una antigua fuente, seca y abandonada. Eché la estera y el saco, puse el pienso y el agua de Rita y me dispuse a dormir. En Sierra Morena. Bajo las estrellas. A 27 grados de temperatura.
Rita estaba inquieta, ladraba y se movía de aquí para allá hasta que, de forma inevitable, volcó el pienso. Me dije... "Verás lo que tardan en bajar los guarros (jabalíes)" Cagándome en todo, recogí lo dispuesto y retomamos la carretera hasta otro lugar, la estación de Venta de Cárdenas, entre unos olivares y matojos, cerca de la vía del tren donde, a las 2.30h, pudimos descansar. Un cielo estrellado, 14 grados de temperatura y el sonido de las máquinas y los vagones del tren a lo lejos. Y la luna, que iluminaba todo. Parecía un cuento. Yo, feliz.
Descansamos hasta las 5.30h y volvimos a la carretera. Había quedado con un abogado nuevo a las 9.00h y quería llegar con tiempo para un café y una charla. Así fue. Y me encontré una persona agradable, profesional y preparada. Charla de "uno, dos y tres. ¿Ok?" Cojonudo, de los míos.
A las 10.00h, juicio con quien hace años perdió el sano juicio y aún no lo ha encontrado. Borracho tenía andar yo para haber visto algo ahí. Pero me encontré, también, con una jueza cabal, una fiscal profesional y un abogado joven y patillero, muy mono pero tan cretino como su representada, e igual de idiota por dejarse engañar por el clan.
Después, a la universidad, a la mía, donde hice hasta 5º de Publicidad y RRPP, a entregar una jarra de cristal esmerilado del Portal. Qué recuerdos. Momentazo. Charlo con Laura, físico-químico farmacéutica y ex azafata de vuelo, que me da las gracias por todo, así como los 9 euros, encantada por la atención y porque la jarra ha quedado preciosa. Quiere escribir en la web y mandar diseños. A su marido le encantará el regalo... Dos personas que ya tienen casa en Cádiz. Dos felices.
Visita a mis padres y a Neska. Sorpresa, aunque sea la visita del médico. Chistes con mi padre, besos a mi madre y Rita que se mea. Intentan encajarme las mismas cámaras de siempre, Cosina y Yashica, que son de mi hermana, a la que por cierto la devuelvo una caja llena de libros de la era de la Expo 92. Osea, del 92. Además, mi hermana pequeña me ha regalado una bolsa de ropa de rodaje que veré si me vale o entrego a alguna asociación de las mías. Mis padres, dos personas felices.
13.00h. Ya de vuelta, charla con un amigo. Me doy cuenta de que gracias a que tenga que ver el cogote de una cretina cada cierto tiempo, muchas personas se sienten felices. Quizá por ello es que las cosas son así.
Me siento agradecido y feliz. No he ido a un juicio a Madrid. He salido de viaje, a conocer gente, a hacer vivac en la montaña, bajo la luna y las estrellas, a jugar con mi perra, he ido a ver a mis padres y a entregar un trabajo. El resto no tiene importancia. Claro que no.