Premio al mejor director en Cannes, Wind River es dura, directa, interesante, dramática. Nos mantiene atentos, nunca en vilo, ante una trama que aunque no es novedosa, sí que resulta magnética. Todo ello aderezado con el brillante trabajo de Jeremy Renner (algún día obtendrá su Óscar) y la guapa actriz Elizabeth Olsen, aún por clasificar. Buena película, buena realización, cuidada fotografía y un director, Taylor Sheridan, que promete. Merece la pena verla.