El día ha amanecido soleado en la finca de Garcigrande en Salamanca, donde Orgullito ha regresado al que será su hogar. Un campo salmantino en el que el destino ya no le tiene reservada una corrida de toros, sino un dorado retiro como semental. Es la vida del morlaco bravo que se ha ganado galones con la medalla del indulto.