Comprada en mayo de 2008 y enviada desde USA, la carcasa submarina de mi Nikon Coolpix L11 me ha regalado 10 años de fotos bajo el agua. La corrosión, la humedad y el uso han podido con ella, a pesar de que después de cada inmersión la he endulzado a conciencia. Dos tornillos de uno de los cierres laterales han dicho basta, y varios tornillos de otras partes también están a punto de oxidarse.
Una gran compra, más que amortizada, con la que he hecho preciosos reportajes submarinos. ¡Qué pena!, uno que le toma cariño a las cosas.
Una gran compra, más que amortizada, con la que he hecho preciosos reportajes submarinos. ¡Qué pena!, uno que le toma cariño a las cosas.