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Tarifa sin prisas: mi época favorita

Es en esta época del año cuando realmente saboreo Tarifa. Sin aglomeraciones ni prisas, la ciudad recupera su ritmo pausado y auténtico. Los comercios, restaurantes, tiendas y cafeterías despiertan poco a poco del letargo invernal, sacudiéndose el frío y la lluvia para dar la bienvenida a la luz y la vida. Para mí, la primavera y el otoño son la verdadera temporada alta en Tarifa. Momentos en los que se puede pasear sin estrés, respirar el mar y descubrir rincones con calma. ¿El broche perfecto? Unas tapas en El Lola , sabrosas y a buen precio. Pura vida.

Arroyo de la Marchenilla.

Uno de los afluentes del Río Pícaro es el Arroyo de la Marchenilla. En invierno y primavera suele llevar abundante agua y la vida florece alrededor. Reses de alguna ganadería de la zona utilizan su cauce para beber, así como meloncillos, jabalíes, zorros, grullas y demás aves. Pasear por el bosque en otoño e invierno entre chaparros y acebuches es muy agradable, aunque llegas a casa con barro hasta las cejas. Poca cosa hoy, ya que salgo de un resfriado. Ahora, a comer de cuchareo, que es lo que me pide el cuerpo.