En agosto del año pasado tuve la oportunidad de volver a Chefchaouen, en la región del Rif, Marruecos. Ciudad santa hasta los años 50 y prohibida a los extranjeros, siempre seduce con la magia de sus calles azules y su luz particular. Las fotos las hice con el móvil estropeado y apenas he conseguido rescatar unas cuantas. Aún así, es una maravilla de lugar al que no me canso de volver. Y volver.