En estos momentos era cuando mi padre me llamaba alarmado, preguntándome por los temporales, las inundaciones, las borrascas y tal y tal. "Hijo, ¿qué tal, todo bien por ahí?, Como no nos llamas nunca..." Y qué razón tenía. Yo le tranquilizaba diciéndole que ésto estaba preparado para la lluvia. "Papá, que no pasa nada hombre, que siempre me preguntas lo mismo"
Después se ponía al teléfono mi madre y, cómo no, preguntaba por mis perras. "Eduarrrdo, ¿qué tal las perrinas?" Siempre por estas fechas, por eso confío en las lluvias de los temporales de marzo.
El año pasado me cargué el motor del Lancia en una de estas inundaciones. Así que, sí. Mi padre tenía razón. A veces pasan cosas.