Después de varios años me han vuelto a pedir que suba al Mulhacén. Y a mí, que me hace falta poco para sumarme a una aventura, no tardé en decir que sí.
Ya son cinco veces, (de ocho intentos), las que he pisado la cima, y cada una de ellas es especial. Más aún cuando tienes la oportunidad de compartirlo en familia, junto con mi hermano y mi sobrino, y conocer por el camino a personas excepcionales.
Mi vieja Nikon D90 y mi Sigma 18-200 mm están en las últimas pero todavía me regalan imágenes como estas. Espero que os gusten.
"Nunca sabes lo que se siente al subir una montaña hasta que has llegado a la cima"