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La cima es opcional, el descenso es obligatorio.

 Cada cima es sólo la mitad del trayecto

Tarifa en abril es puro contraste.

El cielo, cubierto de nubes, filtra una luz grisácea que lo envuelve todo en una atmósfera irreal. El viento no falla, las cometas de kite surcan el aire y los riders vuelan sobre el agua. Las olas rompen con fuerza, los surfistas esperan.

Un lienzo en tonos fríos donde sólo la magia pone una nota de color. Gracias a mis perras por obligarme a dar estos paseos.